Cuando hablamos de enseñanza es inevitable referirse a la narración, al discurso que debe tener como pretensión, además de transmitir un mensaje, involucrar al oyente, en nuestro caso de profesores, al estudiante en la historia misma.
Como alguna vez lo dijera algún conocedor de los sistemas de transporte, en Colombia pasamos del burro al avión, y olvidamos medios masivos tan importantes como el tren, la navegación de los ríos mas caudalosos de nuestro país y que recorren buena parte de nuestra geografía. En educación también solemos olvidar rápidamente y en muchas ocasiones por moda o por presiones de las misma marcas vendedoras de tecnología, olvidamos el uso de algunas medios que no siendo las de punta, siguen ofreciéndonos inmensas posibilidades comunicativas y narrativas potenciadores de los procesos de enseñanza.
El caso de la televisión, el vídeo, el cine o los audiovisuales en general puede ser el más evidente y hasta patético, pues en muchas oportunidades las instituciones formadoras y los mismos maestros los olvidamos, por ir tras la búsqueda de la atractiva y novedosa interactividad ofrecida por medios como el internet y las multimedia. Medios estos que si bien les dan a los estudiantes la posibilidad de elevar sus niveles de interacción con el conocimiento, con otros compañeros y con nosotros mismo como maestros, también puede ser que disperse los intereses formativos y de aprendizaje de los estudiantes, con lo cual pierde sentido estar juntos y cerca en un aula de clase; esto, si entendemos que el verdadero valor de estar en un salón reunidos es la posibilidad que se tiene de centrar los intereses y entablar comunicación al respecto de ello para generar sentido y por ende aprendizajes significativos y duraderos.
Sin embargo, no se trata de una lucha en contra de las novedades tecnológicas o de los nuevos medios, sino más bien un parada reflexiva en la búsqueda de los recursos didácticos que nos logren conectar con los estudiantes, que logren generar en el interior del grupo un tema de ínterés a partir del cual conversar, involucrarse y guiados por ese sentimiento de acogida que genera el sentirse comprendido aportar, allí es cuando viene a jugar un papel fundamental otros medios como el internet y los multimedios que permiten ir más allá de las pareces del aula para buscar, indagar y luego traer y continuar la conversación, la socialización.
Pienso que no debemos pensar en pasar adelante, en evolucionar, en desarrollo metodológic y tecnológicamente sin tener en la cuenta nuestro pasado, nuestras prácticas, creo que no es un avance aquel que olvida sus último pasos. Para avanzar es absolutamente necesario tener en la cuenta el ayer, las herramientas y métodos que empleamos días atrás y pensar qué eran lo importante que tenían y de qué manera se pueden complementar con los nuevos medios que seguramente presentan otras alternativas de interacción y de aprendizaje.
La invitación que quiero hacer en esta oportunidad es a que no olvidemos el poder de la narrativa, de los cuentos, del relato para atrapar los intereses, la atención de nuestros estudiantes, sigue siendo un artificio humano que continua logrando los mejores resultados pese a la innovación tecnológica o al cambio mental de las nuevas generaciones. El llamado es pues a pensar en avanzar, pero soportados en todas aquellas experiencias que nos permiten obtener el mejor beneficio de la intercomunicación, de las potencialidades de cada medio en pro del aprendizaje.
Les recomiendo este otro blog en el que se habla de la excelente herramienta con que cuenta los audiovisuales: el story telling un saber que debería constituirse en fundamento de nuestras prácticas de enseñanza y el motivador para la construcción de los aprendizajes de parte de nuestros estudiantes.
http://universocinemaniaco.blogspot.com/2010/10/pixar-y-storytelling.html
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