martes, 9 de junio de 2015

¡Internauta, no hay internet, se produce internet al pensar!!

Saludos y bienvenidos de nuevo a nuestro blog


En esta ocasión quiero hacer un breve comentario a la columna del maestro literato y semiólogo Umberco Eco en el periódico El Colombiano del día lunes 8 de junio titulada "El teléfono celular y la reina malvada"  y que les comparto a manera de fotografía.
Relata el maestro Eco una corta narrativa en la que una mujer camina por la calle prestándole toda su atención a su celular y que el en un acto de malvada convivencia se le atravesó para propiciarle un choque contra su propia espalda. En fin, el relato se resuelve con maestría, natural en un maestro de esta categoría, en el que además hace una reflexión muy interesante sobre la velocidad propia de este tiempo y la manera en que estas prácticas comunicativas nos llevan a creer que todo puede resolverse con inmediatez. 
Sin embargo no me quiero referir al relato como tal, sino a un apartado de su columna en la que presenta una posición que a mi parecer es algo imprecisa acerca de lo que estas tecnologías de la información y la comunicación permiten y potencian.
Me refiero a las siguiente expresión: " ... simplemente es asombroso que casi todos hayamos caído presa del mismo frenesí. Apenas sostenemos ya conversaciones cara a cara; ni reflexionamos sobre los temas apremiantes de la vida o siquiera vemos hacia el campo cuando pasa por nuestra ventanilla. En vez de ello, hablamos obsesivamente en nuestros teléfonos celulares, rara vez sobre algo particularmente urgente mientras malgastamos la vida en un diálogo con alguien con quien ni siquiera podemos ver la cara."

En la primera parte de esta cita sostiene el maestro Eco algo que para nadie es mentira, ni es extraño, lo vivimos en nuestro país de manera progresivamente masiva y en los países desarrollados en forma exagerada gracias a las posibilidades de accesibilidad a Internet y a la compra de dispositivos móviles masivamente. No obstante, considero que no es cierto que sea malgastar la vida conversar con alguien a través de nuestros dispositivos móviles, porque finalmente en muchos casos estamos compartiendo mucho mas que simples respuestas cerradas o prediseñadas, como los emoticons, los ya famosos "me gusta" o los creativos y simpáticos memes. 
Dada esta forma la comunicación, el grado de interacción es absolutamente mecánico, poco se piensa, poco se produce y quedamos en el ámbito de la reproducción, mas no todas las comunicaciones se quedan allí. Hay otro ámbito de la comunicación en el que realmente se produce pensamiento, se reflexionan datos, se relacionan, se genera opinión, dialogo real, discusión, creación. 
Pensar que toda comunicación sincrónica e instantánea es absolutamente vacía, mecánica y efímera es una manera muy simple de valorar lo que es la comunicación humana y evaluarle de manera peyorativa tan solo porque se tiene como medio un dispositivo electrónico móvil. El verdadero problema generado por los medios sí podría estar, en cambio, por el lado de lo que produce en nosotros la obsesión por estar revisando los celulares cada minuto lo que causa la pérdida de la atención. Ya no realizamos una tarea por mas de cinco minutos seguidos sin antes echar varias revisadas al dispositivo y a la entrada de mensajes. Esa distracción constante resta la posibilidad de ganar en concentración en pro del buen resultado de la tarea. Para muchos tener abierto el facebook, el instagram y tener a la mano el celular con el whats´app disponible es ya un fatal error para la producción, para la ejecución de las actividades y lo peor, no somos conscientes de ello, es lo primero que abrimos y dejamos listo para ser empleado cuando deberíamos estar conectados con el propósito de la tarea ciento por ciento.
El otro problema que nos genera la obsesión por los dispositivos de comunicación móvil y las redes sociales es el pobre aporte construido por nosotros mismos, en ocasiones solemos invertir horas y hasta días tan solo viendo vídeos caseros y otros tantos mas profesionales, leyendo memes y hasta reflexiones de otros acerca de la vida y la cotidianidad sin atrevernos a producir algo, a hacer un aporte, así sean en forma de memes, chistes o reflexiones filosóficas de las cosas simples de la vida o de los grandes problemas de la humanidad. 

La pregunta, para finalizar este comentario, es ¿tienes identificado qué tipo de usuario de la red eres? ¿Un observador pasivo y desconcentrado sin horizonte ni rumbo, o al menos un productor de chistes y frases originales pero pensadas y creativas?



Aquí los dejo en compañía virtual del maestro Umberco Eco y la columna referenciada:


Por Andrés Peláez @andrespc