No es fácil pararse en frente de un grupo de personas y mucho menos de jóvenes como los que recibimos actualmente en las aulas de clase, pues son, al parecer de muchos, muy irrespetuosos y hasta ligeros para opinar sin antes pensar mucho en que es posible herir o maltratar al otro.
Más difícil aun es mantener la atención de los estudiantes, bien sabemos lo volátil y vertiginosa que puede ser la mente e imaginación de los jóvenes, cualquier dato inoportuno, el más insignificante comentario o susurro imperceptible es ya un acontecimiento digno de cambiar de tema, del tema de clase.
Y mucho más difícil es pelear o vencer al seductor poder que tienen las fotos de los amigos y los desconocidos en el Factbook! Internet se convierte y cada vez más rápido en un enemigo de la docencia, de la cátedra, de la explicación, pese a que en los artículos de revistas e investigaciones se insista en que las TIC son un aliado de la educación… bueno lo que habría que decir es que con seguridad es un aliado, pero de una nueva forma de pensar y actuar en educación; la educación y los métodos tradicionales expositivos y el uso de TIC por parte de los estudiantes son prácticamente incompatibles, pues pone a los estudiantes y profesores en dos frentes diferentes, de un lado uno que intenta explicar o presentar unos contenidos y del otro, no en todos pero sí en muchos de los casos, a un sujeto hiperactivo más interesado en socializar, aunque sea de manera mediada, que en atender y comprometerse con su propio proceso de aprendizaje, no tanto así por irresponsabilidad o desinterés, que por su inmadurez e incomprensión de cómo se construye su propio aprendizaje.
Por lo anterior, un asunto que cada vez me convenzo debe ser un factor fundamental en la formación de los maestros es su fortalecimiento emocional. Los maestros debemos ser muy fuertes en el manejo de nuestras emociones para no hacer que el aula de clase se convierta en un campo de batalla en el que casi siempre el vencedor será el profesor, ya que tiene la más fuerte o contundente arma: la evaluación y en especial el examen.
No obstante el estudiante también tiene sus armas, que no siempre le ayudan a ganar la verdadera lucha, la de la construcción de los aprendizajes, pero sí la lucha en contra de las emociones del docente. Me refiero a la trampa en el examen; a pegarse de los trabajos de los demás; a inventar cualquier tipo de excusa para justificar sus faltas; a confabularse con sus demás compañeros en contra del profesor; a mandar a hacer sus trabajos y una de las más comunes ahora en épocas de Internet a descargar los trabajos o en el mejor de los casos a construirlos con corte y pegue proveniente de la Internet.
Por esta y muchas otras razones, los docentes debemos fortalecernos emocionalmente o en caso de que esto sea muy difícil, cambiar nuestro métodos de enseñanza anclados en lo expositivo y proponer a los estudiantes actividades y tareas en las que sean ellos quienes deben hacer el máximo esfuerzo por aprender, en las que deben interactuar, ya no sólo para socializar, sino para aprender.
Desde luego que esto no evitará que en cualquier momento sintamos, como docentes, que nada de lo que hacemos les gusta tanto a los estudiantes como para que acepten todas nuestras propuestas, sin duda debemos prepararnos!!
AndresPC!
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