Para pensar un cuentito que acabo de escribir de algún  evento que podría estar ocurriendo en estos momentos en cualquier salón del mundo...
Lo trató de obstinado y le insistió en que era un obstinado, muy, muy obstinado, luego le dijo que su terquedad no tenía limites, le alegó que por qué era tan cerrado, que por qué no se abría a otras posibilidades, no quiso parar de insistirle que no debía ser tan terco... al cabo de las horas de estarle diciendo y repitiendo el terrible error que era ser terco u obstinado en el mundo contemporáneo concluyó su crítica al estudiante, quien lo escuchaba con atención, "es que la terquedad enceguece y te reduce el panorama, no te deja pensar y te pone a repetir lo mismo sin darte cuenta"!!


Hay gente obstinada, insisto, muy obstinada!


Para amenizar con este rock`d roll: Obstinado en mi error, de Santiago Auserón.