miércoles, 22 de febrero de 2012

La evaluación: la mentira, el castigo y el control

Como venía dicendo en el Blog de Luis Zuñiga estoy de acuerdo en que la evaluación a la que hemos sido "sometidos" la que nos ha tocado "padecer" nos da miedo, nos produce escozor y hasta sentimos desconfianza, siempre que escuchamos la palabra examen en un aula de clase, muchos inmediatamente lanzan la pregunta ¿por qué? o como diría el chavo del 8 ¿y yo ya que hice?

Es definitivo la evaluación es nuestra enemiga, la tenemos que evadir, hay que ganarla a como dé lugar, es una especie de guerra, es una batalla mas que librar contra el mas grande enemigo del estudiante: el profesor!!

Sin embargo hemos sido nosotros mismos, los docentes quienes nos hemos encargado de hacer ver la evaluación como un castigo, como una manera de arremeter contra los estudiantes o como decimos mas coloquialmente es nuestra forma de tomar revancha ante ciertos comportamientos "indeseables" de los jóvenes estudiantes que producto de su inconsciencia actúan aun en contra de su propio proceso educativo.

Me sostengo en que buena parte de la culpa de hacer ver la evaluación como una retaliación docente hemos sido nosotros mismos. Por ello la pertinencia de hablar de una evaluación de los aprendizajes, en la que se deje de lado el afán de controlar, de disciplinar por medio de las calificaciones, de llamar la atención, de conservar y perpetuar el poder docente.

Cuando hablamos de evaluación de los aprendizajes, nos estamos refiriendo a un trabajo mancomunado entre profesor y estudiante y para ello la evaluación cumple un papel fundamental y es revisar que sí estemos realizando bien el trabajo.
la evaluación deberá ser un proceso real de vigilancia
de si mismo frente a un proceso que comenzará,
se encuentra en marcha o se ha realizado.
Lo que busca es una información lo mas real
posible de la calidad del proceso. Sin embargo
muchos aprendices suelen decirse mentiras y
creerse leones, cuando no pasan de
simples y tiernos gatitos!


Una evaluación de los aprendizajes también debe dejar instalado en la consciencia del estudiante que él es el primer sujeto responsable de la evaluación, es decir que el primero que evalúa es el que aprende, de hecho es el aprendiz quien en realidad debe saber decir si se ha aprendido, en qué grado.

Como diría Albert Bandura la capacidad de autorregulación es innata y la aplicamos todo el tiempo, sin embargo es la menos potenciada y aplicada.

Les comparto esta "caricatura", una manera, al parecer exagerada, de algunos procesos en los que la autorregulación no fue posible y la mentira abunda:




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3 comentarios:

  1. Comparto sus reflexiones Profe Andrés, y es que la evaluación como instrumento de regulación, castigo y autoritarismo da cuenta de esa educación tradicionalista desfasada en su verdadero carácter formativo.Y ¿Quién no la ha ha padecido en mayor o menor medida? Afortunadamente hoy visualizamos un campo de investigativo-aplicativo diferente en el ámbito de la evaluación, proyectando un proceso más acorde con nuestra realidad educativa global.

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